Objetivo: establecer la asociación entre ejercicio en bicicleta, en comparación con caminar, y la modificación del peso corporal en mujeres premenopáusicas en un seguimiento a 16 años.
Población evaluada: 18.414 mujeres participantes del programa Nurses`Health Study II.
El Nurses´Health Study II (NHSII) es un estudio prospectivo con 116.608 mujeres de 25 a 42 años iniciado en 1989. Se completó un cuestionario inicial y cuestionarios de seguimiento bianuales. Se evaluaron, entre otros datos, el peso corporal y la actividad física en todos los cuestionarios. Se obtuvo una respuesta aproximada del 90%.
En este estudio se incluyeron mujeres premenopáusicas al año 2005 (56.716). Se excluyeron a las embarazadas, a las que amamantaban dentro de los 12 meses previos del reporte de peso, a las que no comunicaron su actividad física o su peso en ambos informes, a las que comunicaron valores extremos de peso corporal (<37 kg o >182 kg), a las que comunicaron valores extremos de modificación del peso (>40 kg de pérdida o >60 kg de aumento), a las de extremos de índice de masa corporal (IMC <15 kg/m2 o >45 kg/m2), a las que presentaban condiciones crónicas que dificultaban la capacidad para hacer ejercicio, a las que estaban incapacitadas para caminar en 1989 o en 2005 y a las que comunicaban una actividad física diaria > 240 minutos. Otras exclusiones fueron infarto de miocardio, eventos vasculares encefálicos, angina de pecho, diabetes o cáncer hasta 2005. Luego de estas exclusiones, la población evaluada era de 18.414 mujeres saludables, que fueron las incluidas en el estudio.
Lugar y Fecha: en Estados Unidos, entre 1989 (primera evaluación) y 2005 (segunda evaluación)
Evaluación: Cambios en el peso corporal en un seguimiento de 16 años.
Los participantes fueron evaluados en 1989 y en 2005 y debieron comunicar la actividad física realizada en el último año: caminata al aire libre, trote, bicicleta, danza aeróbica o ejercicios aeróbicos como el elíptico y deportes como tenis, squash, natación u otra actividad aeróbica. También fueron interrogadas sobre el número en promedio de pisos que subían diariamente por escaleras y de esta manera se estimó el número de minutos diarios.
La caminata se dividió en lenta (<5 km/hora) y rápida (≥5 km/hora).
No se evaluó la velocidad en la que las mujeres anduvieron en bicicleta ni se distinguió el andar en bicicleta del ejercicio en bicicleta fija. Para esta actividad se utiliza el término “ciclismo” a partir de ahora.
Para cada actividad, las mujeres debían elegir entre 10 niveles de actividad, que iban desde 0 hasta 11 horas semanales o más.
La actividad discrecional total fue la suma de la duración de cada una de las actividades reportadas en el inicio y en 2005. Los cuestionarios fueron validados en forma representativa en 147 participantes. Se determinó la conducta sedentaria de acuerdo a la cantidad de horas que pasaba sentada en la casa.
Definición de evolución
El punto final primario se definió por el cambio del peso entre 1989 y 2005.
Covariables estudiadas
Se evaluaron los componentes de la dieta, incluidas las bebidas que contienen azúcar y el consumo de alcohol, el hábito tabáquico, la utilización de anticonceptivos, la paridad y la utilización de antidepresivos.
Financiamiento
El Dr. Lusk está patrocinado por Ruth L. Kirschstein National Research Service Award F32 HL083639, de los National Institutes for Health, National Heart, Lung, and Blood Institute.
El Dr. Mekary está patrocinado por la beca R25 CA098566 de los National Institutes for Health.
El Nurses’ Health Study II: Risk Factors for Breast Cancer in Younger Nurses está patrocinado por la beca R01CA050385 de los National Cancer Institute.
Resultados: Al inicio del estudio, el 50% realizaban caminatas lentas (promedio 7,8 minutos/día), el 39% realizaba caminatas rápidas (promedio 8,5 minutos/día), el 48% hacía ciclismo (promedio 4,6 minutos/día) y el 1,2% hacía ciclismo más de 30 minutos diarios.
En 2005, los participantes dedicaron más tiempo a las caminatas rápidas (9,0 minutos/día) algo menos a las caminatas lentas (5,9 minutos/día) y menos tiempo al ciclismo.
El tiempo promedio dedicado a estar sentado en la casa fue de 5 veces (153 minutos/día) el tiempo dedicado a la actividad física total (30 minutos/día), en especial si tenían sobrepeso (tiempo sentado en la casa: 175 minutos/día).
En comparación con las mujeres delgadas, las mujeres con sobrepeso o con obesidad dedican más tiempo a la caminata lenta (7,6 vs 5,5 min/día) y menos tiempo a la caminata rápida (5,4 vs 10 minutos/día).
A pesar que la mayor parte de las mujeres dedicaron poco tiempo al ciclismo, las mujeres obesas lo hicieron menos (2 min/día) que las mujeres delgadas (2,7 min/día)
Entre 1989 y 2005, las mujeres aumentaron en promedio 9,3 kg (±9,7). Para las mujeres con IMC <25 kg/m2, el aumento fue de 8,4 kg (±7,9) y para aquellas con IMC ≥25 kg/m2 fue de 12,6 kg (±13,4). En paralelo, las mujeres disminuyeron el tiempo dedicada a la actividad física 8,6 (±43,3) minutos/día y, en forma más específica, disminuyeron el tiempo promedio dedicado a la caminata lenta en 1,9 (±21,8) minutos/día y al ciclismo en 2,1 (±12,2) minutos/día. Sólo se incrementó en forma leve la caminata intensa en 0,5 (±23,1) minutos/día.
El incremento de 30 minutos diarios de actividad entre 1989 y 2005 se asoció con menor ganancia de peso (-1,31, IC 95% -1,44 a -1,18), mientras que un incremento de 30 minutos diarios en el tiempo que pasa sentado en la casa se asoció con mayor ganancia de peso (+0,21, IC 95% +0,18 a +0,25).
Cuando se analizaron por separado las distintas actividades, se estimó la ganancia de peso para incrementos de 30 minutos diarios en todas las mujeres, el incremento fue significativamente menor para las que caminaban en forma rápida (-1,18 kg, IC 95% -2,05 a -1,56), para las ciclistas (-1,59, IC 95% -2,09 a –1,08) (ver tabla y figura) y para otras actividades (-1,45, IC 95% -1,66 a -1,24) pero no para las que caminaban en forma lenta (+0,06, IC 95% -0,22 a +0,35).
El beneficio de la caminata rápida, del ciclismo y de otras actividades fue significativamente mayor entre mujeres con sobrepeso o con obesidad (IMC ≥25) que en mujeres delgadas (p <0,01) (ver tabla y figura), mientras que el beneficio no se produjo con la caminata lenta, incluso entre mujeres con sobrepeso u obesidad (-0,60 kg, IC 95% -1,35 a + 0,16) (p= 0,74). Solo el 1,2 % de las mujeres hacía 30 minutos diarios o más de ciclismo.
Conclusión: el ciclismo y las caminatas rápidas se asocian con menor incremento del peso en mujeres premenopáusicas, con una relación inversa entre el tiempo dedicado a la actividad y el incremento de peso, en especial para aquellas con sobrepeso o con obesidad.
Limitaciones: Es un estudio de cohortes.
Los datos fueron obtenidos por encuesta, si bien éstas fueron validadas.
La población evaluada fueron enfermeras bien educadas y saludables.
Las determinaciones de actividad física fueron imperfectas, en especial la de ciclismo, en la que no se registró la velocidad de la actividad ni se distinguió entre andar en bicicleta y bicicleta fija.
Comentarios: La obesidad es un problema creciente en muchas partes del mundo y nuestro país no es la excepción. (1) (2) Se asocia con menor expectativa de vida y con deterioro de la calidad de vida.
El tratamiento de la obesidad es complejo y presenta dificultades para lograr éxito en el largo plazo, más allá del método utilizado: dieta, actividad física, tratamiento farmacológico e incluso cirugía bariátrica.
Posiblemente los médicos nos debamos plantear como objetivo evitar el aumento de peso o intentar que este aumento sea el menor posible. (3) Las modificaciones en el estilo de vida, basadas en la dieta y en la actividad física, son los pilares para atenuar este aumento de peso.
En el número de febrero de 2010 de “Ojo clínico” se presentó una revisión del impacto de la actividad física en reducir el deterioro cognitivo y mejorar la supervivencia en distintos grupos de personas. (Ver ¿Prescribimos actividad física?). Este nuevo informe del Nurses´Health Study II nos provee información sobre el beneficio de la caminata rápida (>5 km/hora) y del ciclismo para controlar el aumento de peso. Este último dato no es menor, ya que muchas personas presentan dificultades para la caminata rápida, en especial por artrosis, pero están en condiciones de realizar actividad física en bicicleta, cuanto menos con bicicleta fija.
Las limitaciones para practicar ciclismo dependen no solo del paciente sino también del entorno. Los ambientes favorables para la práctica del ciclismo se asocian con menores tasas de obesidad en la población, aunque no pueda establecerse un mecanismo causa-efecto para este factor;(4) esto es extensivo para el empleo de la bicicleta como medio de transporte para ir al trabajo. (5) Las condiciones en nuestro medio no son las ideales para la práctica de ciclismo y parece difícil imaginar un cambio en este aspecto, como parecía difícil pensar en ambientes libres de humo de cigarrillo 10 años atrás.
Los médicos debemos alentar a nuestros pacientes a realizar la actividad física para la que estén capacitados y a la que adhieran: caminata rápida, ciclismo, actividades aeróbicas y deportes.
Referencias (1) de Sereday MS, González C, Giorgini D, et al. Prevalence of diabetes, obesity, hypertension and hyperlipidemia in the central area of Argentina. Diabetes Metab 2004;30:335-9. (2) Schargrodsky H, Rozlosnik J, Ciruzzi M, Ruffa R, Paterno C, Ardariz M, Caccavo A, D'Avanzo B, Negri E, La Vecchia C, et al. Body weight and nonfatal myocardial infarction in a case-control study from Argentina. Soz Praventivmed 1994;39:126-33. (3) Elmer PJ, Obarzanek E, Vollmer WM, et al. Effects of Comprehensive Lifestyle Modification on Diet, Weight, Physical Fitness, and Blood Pressure Control: 18-Month Results of a Randomized Trial. PREMIER Collaborative Research Group. Ann Intern Med 2006;144:485-495. (4) Bassett DR Jr, Pucher J, Buehler R, Thompson DL, Crouter SE. Walking, cycling, and obesity rates in Europe, North America, and Australia. J Phys Act Health. 2008;5:795-814. (5) Wen LM, Rissel C. Inverse associations between cycling to work, public transport, and overweight and obesity. Prev Med. 2008;46(1):29-32.
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